¿Qué pasaría si los sentimientos fueran universales y no personales?

¿Qué pasaría si los sentimientos fueran universales y no personales?

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Imagina por un momento que el universo tiene un sentido del humor muy particular y decide que sería divertido, o al menos interesante, jugar con los sentimientos. Un día, te levantas y sientes una alegría inmensa, pero no es porque te hayan aumentado el sueldo o porque haya salido el sol. No, no, no. Sientes esta profunda felicidad porque, a miles de kilómetros, un koala acaba de encontrar una hoja de eucalipto especialmente jugosa. ¡Exacto! Los sentimientos ya no son personales: ¡son universales!

La revolución emocional: Cómo lo sentiría el mundo

En este nuevo y alocado universo, nuestros sentimientos ya no nos pertenecen. Se convierten en un lenguaje global, como si el corazón de cada persona estuviera conectado por WiFi a una red emocional internacional. Sería una especie de Internet de las Emociones. ¿Te pasas el día llorando sin razón aparente? Pues, quizá, en Japón alguien está viendo la película más triste de la historia. ¿Sientes una racha de ira repentina? Seguro que un oso polar acaba de perder su pescado favorito en el Ártico.

Dejando a un lado las risas, este escenario plantea preguntas serias. ¿Seríamos más empáticos porque podríamos sentir tal cual cómo se siente alguien más, o nos volveríamos un caos emocional al experimentar tantas emociones ajenas? Podría ser una mezcla de ambos, pero, sin duda, nos haría pensar más sobre nuestras acciones y sus impactos en los demás.

Un caos organizado: Navegando por la marea emocional

Y entonces, cómo navegaríamos por esta mezcla gigante de emociones en la que podríamos estar felices, tristes, enojados y hasta asustados en un lapso de 10 minutos. Tal vez, se desarrollaría una aplicación (EmojiScope, por ejemplo) que te iría diciendo el origen de la emoción global dominante del momento: “Alerta emocional: Hoy todos nos sentimos optimistas, gracias a un grupo de delfines haciendo acrobacias en el océano Pacífico.” O, ¿por qué no?, “Todo el mundo se siente nostálgico: ¡Fenómeno mundial de fotos antiguas!.”

Piensa en todas las reuniones en las que de repente todos sienten una ganas locas de llorar porque un grupo de niños está diciendo adiós desde los trenes de Hogwarts en una estación ficticia. Podría ser muy chistoso… aunque no tanto en una conferencia importante.

El lado positivo: Construyendo una conexión auténtica

Esta experiencia de emociones universales podría hacer más que provocarnos risas y sorpresas. Podría ayudar a unirnos como comunidad mundial, obligándonos a ser más conscientes de las experiencias humanas compartidas. Sería un recordatorio constante de que no estamos solos, que en algún lugar alguien está sintiendo lo mismo que nosotros, aunque sea por razones completamente diferentes. Quién sabe, podríamos desarrollar una cultura de comprensión y apoyo mucho más profunda.

Además, ¡imagina lo que esto haría con el arte! Música, pintura, literatura… todo resonando globalmente y capaz de provocar una ola emocional universal.

¿Te gustaría que los sentimientos fueran universales y no personales? ¿Te imaginas cómo sería esta montaña rusa emocional a nivel mundial? Comparte tus pensamientos y comenta abajo. ¡Sería fantástico ver cómo nos impactaría este mundo lleno de emociones compartidas!


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