Imagina que estás disfrutando de un día tranquilo, tal vez tumbado en la playa, sorbiendo tu bebida favorita. El sol brilla intensamente, el mar ruge suavemente y… ¡BOOM! Sin previo aviso, el Sol decide que es su turno para protagonizar el mayor espectáculo pirotécnico del universo. Vaya, eso sí sería una sorpresa que acabaría con cualquier plan de bronceado, ¿verdad?
La súbita implosión del astro rey
La idea de que el Sol explote de repente es bastante descabellada, pero dejemos volar nuestra imaginación por un rato. No te preocupes, no tienes que correr por las sombrillas todavía. Nuestro Sol, ese gigante nuclear, tiene reservas para quemar combustible durante miles de millones de años más, por lo que estallar de improviso no está en su agenda. Pero, ¿qué pasaría si, en el mundo del «qué tal si…», el Sol decidiese tirar la toalla y rendirse ante una explosión estilo supernova? ¡Agárrate que vienen curvas interestelares!
La noticia tardía
Para empezar, y aquí viene un dato curioso, ni siquiera te enterarías de inmediato. La luz y el calor que sentimos en Tierra tardan aproximadamente 8 minutos en llegar desde el Sol. Así que, mientras estás haciendo castillos de arena, el Sol podría haber explotado y nosotros seguiríamos felices y despreocupados por unos minutos más. Solo tendríamos esos escasos minutos extra para disfrutar de nuestro helado favorito antes de que el frío (literalmente) universal se apodere del mundo.
El apagón universal
Cuando finalmente se apague la «luz solar», nos quedaremos envueltos en una oscuridad tan intensa que Harry Potter utilizaría su encantamiento “Lumos” con urgencia. La Tierra ya no recibiría esa energía y calor esencial. En este punto, si eres de los que siempre desea tener una excusa para quedarse en cama, aquí tienes la mejor: ¡Es el nuevo invierno galáctico!
El efecto dominó de la “no-sol”
Con la desaparición del calor solar, las temperaturas en la Tierra bajarían como si hubiesen encontrado una oferta irresistible en la Black Friday. Adiós plantas verdes y frondosas, adiós océano líquido, hola escarcha eterna. En cuestión de días, el planeta se congelaría desde la superficie hasta el corazón. No es que vayamos a vivir en el simulacro de «Frozen” para siempre, pero no betearía mi dinero a encontrar un Olaf bailando felizmente por ahí.
La carrera de las estrellas
Sí, ya sé que estás pensando que todo tiene su fin, pero aquí la cosa es seria. La atmósfera misma comenzaría a colapsar, el oxígeno se volvería escaso y bueno, digamos que la oferta de mascarillas de oxígeno rápidamente superaría cualquier moda del momento. La civilización, así como la conocemos, se vería en un gran aprieto para sobrevivir sin una estrella de la cual depender.
¿Cómo sobrevivir?
Ahora, en el improbable caso de que los humanos logremos refugiarnos en búnkeres, quizá bajo tierra, con reservas de alimentos y energía propia, podríamos seguir viviendo por un tiempo. Quédate con esta: la serie de televisión «The 100» tal vez fue más visionaria de lo que parecía en un principio. Ah, y no olvides incluir juegos de mesa para las eternas noches que se avecinan.
Así que ya sabes, mientras estás disfrutando del calorcito del Sol, dale gracias a las estrellas (literalmente) de que de momento todo siga su curso natural. Y si te encanta la luz del día, ¡compártelo! Déjame tus comentarios sobre cómo te imaginas viviendo en un mundo donde la noche es eterna. 🌌