Imagina despertarte una mañana, abrir la ventana y en vez de preparar una taza de café o un desayuno rápido, simplemente sales al balcón, levantas los brazos y dejas que el sol alumbre tu cara. Sip, así de sencillo, como una planta haciendo la fotosíntesis, absorbes energía directamente de la luz solar. ¡Olvídate de esos desayunos nutritivos y esas prisas matutinas! Bienvenidos al mundo donde los humanos pueden comer luz solar y transformar esos rayos en pura energía vital. Suena como una fantasía loca, ¿verdad? Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué sucedería si realmente pudiéramos hacer algo así?
La ciencia detrás del poder de la luz solar
La idea no es del todo una locura. Las plantas lo han estado haciendo durante millones de años con la fotosíntesis. Básicamente, ellas convierten la luz solar, el agua y el dióxido de carbono en oxígeno y glucosa, su fuente de energía. Si de alguna forma mágica, de ciencia ficción, nuestros cuerpos pudieran emular este proceso, podríamos obtener energía solo con un poco de sol matutino. Un techno-omnívoro: así es como nos llamaríamos, aprovechando al máximo los recursos disponibles.
Beneficios directos de comerse el sol
Para empezar, eliminamos el hambre global en un abrir y cerrar de ojos. Con una caminata bajo el sol, podríamos obtener la energía necesaria para un día completo. Adiós a las dietas restrictivas y a las constantes discusiones sobre cuál es la mejor dieta. Además, cuidado con McDonald’s porque las paradas para comer después de una larga jornada de trabajo se convertirían en caminatas de vuelta a casa mientras el sol se va poniendo.
Además, olvídate de los carbohidratos. Ese rollito en la barriga que no se va por nada desaparecería sin esos «extra» que suelen venir con los caprichos alimenticios. Sin mencionar que nuestra huella de carbono reduciría significativamente, ya no se producirían toneladas de alimentos ni tendríamos que lidiar con el desperdicio que generan.
Los contras de ser seres solares
Obviamente, no todo sería color de rosa o mejor dicho, color sol. Si alguna vez has pasado un día nublado, sabes que no verás el sol en absoluto y aquí podría surgir un problema. Desgraciadamente no podríamos emigrar al Reino Unido sin afrontar el riesgo de quedarnos “en cero”. Y aunque salir a tomar «D vitaminas del sol» suena más que tentador, tampoco podemos olvidar los riesgos de pasar demasiado tiempo expuestos. Hola cáncer de piel.
También, con todos los seres humanos utilizando al sol como su fuente de energía primaria, podríamos atascar las playas y los parques, y posiblemente veamos un nuevo negocio: «Solorama 2000 – obtén tu bronceado polimerizado más rápido». Claro, con gafas de sol y bloqueador incluido, que no seríamos tontos.
La convivencia bajo una nueva rutina solar
Entre los posibles cambios sociales se incluiría una mayor dependencia de actividades al aire libre. Las reuniones se harían al aire libre, en terrazas soleadas y las oficinas incluirían grandes ventanales para optimizar la absorción solar durante la jornada laboral. ¡Decid adiós a los tristes cubículos!
Por último, veríamos cómo nuestro grado de conciencia sobre el cambio climático aumentaría. Imagina todo trabajando conjuntamente para preservar nuestro actual sol como fuente de bienestar. Nos convertiríamos en auténticos guardianes del planeta.
Qué gran giro tomaría nuestra vida si el desayuno consistiera en comerse un poquito de luz. Hasta el momento, esta es una posibilidad reservada a nuestra imaginación y las plantas, pero soñar nunca está de más, ¿verdad? Mientras tanto, disfruta de tu fuente de energía habitual y sigue soñando con futuros locos y cósmicos. Si te ha gustado esta idea loca o simplemente te hizo sonreír, comparte este post y cuéntame en los comentarios cómo crees que cambiaría tu vida si pudieras comer luz.