Imagínate despertar un buen día y darte cuenta de que mides la friolera de cinco metros. ¡Sí, has leído bien! De repente, eres más alto que un semáforo y casi puedes cimarronear con los árboles del parque. ¿Cómo crees que cambiaría tu vida? Vamos a explorar este súper curioso (y por supuesto hipotético) escenario.
¡Alto ahí! Problemas con la ropa
Lo primero que notarías es que tu ropa para nada está preparada para cubrir tu nuevo ‘pequeño’ yo. Necesitarías un equipo de costureros a tiempo completo solo para ajustar un par de pantalones, y ni hablar de los zapatos: con esos pies de gigante, tendrías problemas serios encontrando calcetines que te queden bien. Sin mencionar lo caro que sería confeccionarlo todo a medida. Adiós a las tiendas de ropa convencionales, ¡hola tiendas para titanes!
Vivir a lo grande: pros y contras del día a día
Definitivamente, todo en tu vida cotidiana se transforma por completo. Cuidado con los techos bajos, porque caminar por según qué lugares podría convertirse en algo parecido a un juego de laberintos, donde tienes que esquivar las trampas estructurales. En cambio, reservar tu asiento en el cine sería un problema, siempre serías ese que tapa la pantalla. Aunque, pensándolo bien, ¡puedes convertirte en la estrella de las bodas sujetando los flashes de las cámaras!
Además, los transportes no están diseñados para pasajeros de tu tamaño. Dile adiós al tren y al bus, y empieza a pensar en maneras creativas de desplazarte. Tal vez podrías empezar una nueva moda de patinetes a medida o inclusive un monociclo gigante a motor.
La sociedad te ve diferente (literal y figurativamente)
Otro punto a considerar es la reacción social. La gente te miraría como si fueras un extraterrestre en medio de Times Square. En la práctica, serías una celebridad local de la noche a la mañana. Pero, ¿cómo afectaría eso a tu vida emocional? Imagínate tener un buen día, cargado con buen ánimoo, y por esos azares la salsa favorita de tu comida resbala y, como diría Murphy, cae justo sobre tu camisa nueva. Y ahí, exposición total ante los curiosos tu incidente ‘culinario’.
Ventajas inesperadas
Vamos, que no todo sería problemático. Ser alto también te traería beneficios inesperados: podrás ganarte la vida de maneras insospechadas, desde instalar luces navideñas en los lugares más altos o cosechar premios en concursos del más alto (literalmente). Y pensemos en las selfies, ¡hablaríamos de selfies con una perspectiva única en su especie!
Una existencia colosal pero divertida
Finalmente, vivir cinco metros más cerca del cielo, aunque problemático por momentos, te da una oportunidad única de ver el mundo desde otra perspectiva. Reorganizarías tu realidad e incluso apreciarías las pequeñas cosas de manera diferente. Tal vez te acercarías más a tus amigos mientras ríen contigo (y no de ti) y empiezan a llamarte ‘Gulliver’ con cariño.
Y te preguntarás, ¿me gustaría realmente medir tanto? Pues, como toda buena experiencia hipotética, tiene sus luces y sombras. Así que, ahora que lo sabes, ¿te atreverías a probar unos tacones de unos cuantos metros por mera curiosidad? 😜
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