Imagina que vas caminando tranquilamente por el parque, disfrutando de un espléndido día soleado, cuando de repente, algo extraño sucede. Aparece, sin previo aviso, un agujero negro del tamaño de una moneda justo frente a ti. Sé lo que estás pensando: «¿Cómo demonios sucede eso?» Bien, digamos que un científico loco quiso impresionar a su crush con el experimento más épico jamás visto y… bueno, ¡voilà!
¿Qué es un agujero negro de todos modos?
Para los que andan un poco perdidos (o demasiado ocupados viendo series de Netflix) un agujero negro es una región del espacio donde la gravedad es tan intensa que ni siquiera la luz puede escapar de su voraz apetito. Son efectivamente los devoradores cósmicos, digiriendo todo a su paso. Ahora, si uno de estos se manifestara en nuestro planeta, ¡menudo espectáculo tendríamos!
¿Desaparecería la Tierra en un santiamén?
Algunos podrían pensar que un agujero negro del tamaño de una moneda haría ¡kaboom! y bye bye Tierra. Sin embargo, la realidad es que no es tan sencillo. Aunque este agujero negro sería pequeño en tamaño, su masa y densidad serían descomunales. Vamos, que sería como tener un rinoceronte metido dentro de una bolita de chicle. A pesar de ello, un agujero negro tan diminuto no consumirá nuestro planeta entero inmediatamente, pero sí comenzaría a hacer de las suyas a nivel local. Cualquier objeto en sus cercanías (incluidos tú y tu bocadillo) empezaría a experimentar una atracción gravitatoria inusual.
Efectos inmediatos: Agárrese quien pueda
En pleno efecto dramático, podrías ver como pequeñas partículas de materia (desde suelas de zapatos hasta ardillas despistadas) comienzan a ser absorbidas. La gravedad loca a nivel local empezaría a crear una succión que, si crece, podría volverse un gran problema. Pero en su fase inicial, el agujero negro no lograría competir con fuerzas mayores como la masa de la Tierra misma.
¿La humanidad tendría una oportunidad?
La humanidad, en su característica forma de negación y optimismo eterno, buscaría rápidamente una solución (y probablemente una canción para cantar durante la transición). Los científicos, mientras tanto, ya estarían ideando formas de evitar la catástrofe. Puede que intentar llenar el agujero con espuma de poliuretano no funcione, pero seguro que intentarían estrategias gravitatorias sofisticadas. Meneando cerebros, reunirían conceptos que hasta ahora solo estaban en los libros de ciencia ficción.
El final del mini agujero negro
¿Y si te dijera que este diminuto monstruo tiene fecha de caducidad? Gracias a la radiación de Hawking, fenómeno que teorizó Stephen Hawking, los agujeros negros pierden masa a través del tiempo. Uno tan ínfimo como el que nos ocupa podría eventualmente evaporarse antes de causar un daño irreversible. Piensa en él como una aspiradora cósmica que pierde potencia.
Finalmente, mientras te llevas el recuerdo de ese día épico y surrealista, habrás comprendido un poquito más del universo en el que vivimos. Tu curiosidad te ha guiado por lo insondable, y eso siempre es un motivo de aplauso.
Ahora que te has sumergido en este torbellino de posibilidades, seguro te quedaste con alguna idea alocada. ¡No dudes en compartir este post con tus amigos y dejarme un comentario! Vamos, que no todos los días nos cae un agujero negro en la Tierra, ¿o sí?